domingo, 14 de diciembre de 2008

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CRISIS VECINALES: LA NEO DIPLOMACIA DE LA TORPEZA
¿Qué ha acontecido con la diplomacia peruana para que en sólo dos años una vigorosa política vecinal potenciada por iniciativas como la Carta Democrática Interamericana, la Carta Andina de Paz y Seguridad y la creación de la Comunidad Sudamericana se haya transformado en una crisis sin precedentes en las relaciones limítrofes?
La respuesta parece estar en una torpe premisa de la actual política exterior: supeditar las relaciones externas y los intereses nacionales permanentes del país a objetivos subalternos de política interna.
Ello ha llevado a sustentar toda la acción diplomática en tres equívocos:Primer equívoco: reducir la política exterior a hacer lo contrario de lo que se hizo antes. Un ejemplo: paralizar la alianza estratégica con el Brasil y cambiarla por una alianza de concesiones hacia Chile, fracasada por cierto en su componente de alianza pero vigente en su vocación por las concesiones. Segundo equívoco: el ausentismo presidencial en las cumbres bilaterales, regionales y mundiales, dejando los espacios para que otros los llenen.

El Presidente del Perú es el único que no ha construido relaciones personales de diálogo y confianza con sus vecinos. ¿El objetivo? Obtener en las encuestas una falsa imagen de austeridad. Tercer equívoco: Ideologizar artificialmente la política exterior, con costos muy altos para los intereses permanentes del país, azuzando inexistentes peligros de totalitarismos externos inminentes. La diplomacia vecinal ha pasado a concentrarse en la confrontación con presidentes como Evo Morales, Hugo Chávez o Rafael Correa, marcando distancias ideológicas.

Como si estuviéramos en lo peor de la guerra fría. La magnificación del último incidente con Evo Morales tiene ese aroma. Y la motivación parece obvia: compensar la caída de siete puntos en Lima. Cuanto más grande sea el artificial enfrentamiento peruano-boliviano, más se favorece y estimula la nueva generación de entendimientos chileno-bolivianos: negociaciones sobre la salida al mar; inédito acuerdo de cooperación entre las fuerzas armadas; habilitación de Iquique como puerto para la carga boliviana; acuerdo tripartito Chile, Brasil y Bolivia para terminar el 2009 la transoceánica Santos- Arica- La Paz, entre otros.

Y mientras Chile y Bolivia avanzan con paso firme en una agenda que culminará con una fórmula de acceso al mar por Arica, ¿qué hace el gobierno? ¡Busca aumentar unos puntos en las encuestas denunciando el intervencionismo boliviano en la política interna del Perú!

Estamos al borde de perder la sindéresis que, desde 1821, ha hecho que la diplomacia peruana sea sino eficiente, seria.
Fuente: La Primera (9/7/08)